Butlletí 35

Núm. 35 – Abril de 2001   Versión para Internet

  • III Jornada del Centre Alberto Campo “La Soledat del Cuidador”
  • El vincle en la relació de violència domèstica
  • V Jornada Oberta de la SCRIMP: Detecció de situacions de risc a través del Rorschach i els Mètodes Projectius
  • L’Informe Psicològic: conferència de Montserrat Ros

III Jornada del Centre Alberto Campo “La Soledat del Cuidador”

El pasado sábado 10 de febrero se celebró la III Jornada del Centro Alberto Campo, bajo el título La Soledad del Cuidador.

José Leal en su conferencia sobre “Cuidarse, cuidar, ser cuidado”, nos habló del cuidado como una dimensión del ámbito profesional. Recalcó la importancia de cuidarse para poder cuidar a otros.

Cuidarse, en el sentido amplio de la palabra, se trata de tener en cuenta aquellos aspectos que ayudan al profesional a sentirse mejor y más seguro en su quehacer laboral. Nuestro ponente mencionó algunos de estos aspectos, entre los cuales destacó la formación, la experiencia terapéutica y la supervisión. “El profesional necesita ser cuidado y tener tiempo para pensar” fueron algunas de las palabras que José Leal nos brindó.

También fue relevante la alusión que hizo a la situación en la que se encuentran muchas instituciones profesionales, las cuales “no se sienten queridas” y, refiriéndose a esto, destacó la necesidad de incluir a estos profesionales dentro de la toma de decisiones de la institución, y de favorecer espacios de apoyo y reflexión para los equipos de trabajo. Para así no encontrarnos con lo que él llama la soledad del cuidador, título que da nombre a estas Jornadas. Una soledad descrita como soledad dolorosa que inhibe, soledad que José Leal diferencia de la soledad que ayuda a pensar y a encontrarse con uno mismo y sus dificultades; una soledad compartida con otros profesionales que desarrollan la misma actividad y sienten las mismas angustias: “una soledad que se siente acompañada”.

La mesa redonda que tuvo lugar a continuación fue moderada por el Dr. Valentín Barenblit, y en ella participaron Teresa Aragonés, Dolors Cid, Luis Feduchi y Francisco Sáinz.Cada ponente comentó su propia experiencia en referencia al tema de la Jornada, desde su vertiente profesional.

Teresa Aragonés, Trabajadora Social, centró su exposición en la supervisión, como una manera de acompañar a los profesionales de los Servicios Sociales. Comentó que desde los Servicios Sociales se pueden ver problemáticas de gran complejidad, situaciones que angustian por la carencia que en todas ellas se percibe (carencias a nivel afectivo, económico, laboral, cultural…), pero hay una que, sin duda, sobresale; y es la gran carencia de vínculos sociales estables. Nos transmitió la gran demanda de respuestas, con la que se encuentran los profesionales de los servicios Sociales, en contrapartida con la falta de recursos de las instituciones y, como consecuencia, de los profesionales, para poder facilitar estas respuestas.

Teresa nos comentó la frustración y angustia que esto provoca y, de ahí, la necesidad del profesional de cuidarse. La supervisión es un recurso que ella apunta para este cuidarse, un recurso “de ayuda y acompañamiento” que ella entiende como “una actividad de formación permanente, con una metodología específica, que supone aprender y aprehender desde la reflexión del propio trabajo”. Cuando la supervisión se hace en grupo, “la pluralidad y el intercambio de perspectivas ayuda a compartir la soledad, a través de sentir que es posible y aceptable compartir la incertidumbre, la duda, y todo aquello que supone un crecimiento.”

Dolors Cid, psicóloga y coordinadora del Centro Terapéutico Bellaire, el cual atiende a niños de 5 a 18 años con graves trastornos psicóticos, nos comentó la importancia del papel del cuidador-educador en un centro de estas características, y la dificultad de poder llevar a cabo esta labor sin un apoyo de la institución.

Un cuidador refrena impulsos, pone en palabras el pensamiento del niño, potencia sus capacidades mas conservadas y, sobretodo, favorece la relación del niño con el mundo externo.

Según Dolors Cid todo este proceso pasa porque el cuidador pueda reflexionar y compartir con el resto de la institución las angustias y dificultades que toda esta labor trae consigo.

El Dr. Feduchi presentó un experiencia positiva de supervisión de un grupo de psicoterapeutas procedentes de diferentes CAPIP’s. Esta supervisión ha sido un intercambio teórico y práctico sobre las posibilidades de intervenir en la adolescencia. Con una metodología basada desde un principio en el trabajo con material clínico, se abordaron temas como: ¿Cómo aparece y como se recibe la demanda?, la Focalización de la intervención terapéutica, y el Tratamiento. Todas las demandas de los adolescentes tienen un carácter urgente, y la respuesta ha de ser inmediata, pero no urgente. Esta urgencia del adolescente más las limitaciones de los servicios hacen que las terapias acaben siendo breves y focales. La problemática que aparece suele ser fácil de focalizar y de intervenir. En referencia al tratamiento, señaló que se han de hacer más intervenciones de apoyo, se han de buscar ansiedades y defensas adecuadas pero débiles que, si las refuerzas, el adolescente acaba desarrollándolas con facilidad. En la finalización del tratamiento, si la terapia ha ido bien, intervienen ansiedades de separación importantes que en el adolescente son más intensas. Para los terapeutas que están en primera fila y que han de decidir una indicación, la ansiedad no viene tan solo de la dificultad diagnóstica o la urgencia del adolescente, sino también porque sabe que el error en el diagnóstico de un adolescente puede ser más grave que en otros casos.

Este trabajo ha permitido: que se tenga en cuenta la intervención terapéutica, una mejora de los criterios diagnósticos; una modificación de las indicaciones y contraindicaciones terapéuticas; y una labor preventiva y de formación continuada.

Francisco Sainz nos habló sobre el modelo original del “cuidar parental” y sus desviaciones, el “cuidar del cuidador” y el “cuidar la soledad”, introduciendo también el papel de diferentes profesionales y su frustración.

Hay muchos colectivos que no hacen psicoterapia, pero que se dedican a cuidar, y “cuidar” tiene efectos terapéuticos de crecimiento humano. El humano nace solo, vive solo y muere solo. Pero necesitas que alguien te haga nacer, te ayude a nacer, te provea. A lo largo de la vida necesitamos mucho a personas que cuidan. Hay que cuidar al ser indefenso que nace, sin perforarle su intimidad, pero sin dejarle solo. Si no se cuida, no hay soledad sana. Si hay cuidados, la persona es capaz de mirar su propia soledad, dialogar con ella y necesitarla. Si no hay cuidados, esta soledad se convierte en una búsqueda aislada, o en un necesitar a la gente constantemente.

Conectar con la soledad te conecta con la responsabilidad y la libertad. Pero esto da miedo y angustia. Cuando alguien quiere cuidar a los demás de forma compulsiva, cuando uno cuida a los demás para satisfacer demasiado las necesidades personales, es como una manera de no mirar la propia soledad, y eso es poco “beneficiente”. Los hijos satisfacen una necesidad de los padres, pero no puede ser una excesiva necesidad.

Una frustración clara que sufrimos los profesionales de diferentes ramas es que lo que queremos hacer no sale como queremos, no ayudamos como nos gustaría. Esto genera una gran frustración, y ¿qué hacemos con ella?

Francisco Sáinz citó diversos recursos que utiliza el profesional para afrontar todo esto, la formación, los grupos Balint … pero -señaló- “no iría mal sentarse a hablar de qué sucede con el sufrimiento y la ilusión que tiene atender a los niños que uno enseña”. El humano siempre necesitará sentarse a explicar lo que le pasa por la cabeza a otro humano, que sea capaz de escuchar y que no nos dice qué tenemos que hacer o cómo tenemos que ser. A los psicoanalistas nos falta sentarnos a hablar de la vida, de los afectos de la vida, no a interpretar, pero siempre estamos liados con la técnica, para no sentirnos solos y sentirnos potentes.

En el coloquio posterior a la mesa redonda se plantearon varios puntos interesantes a debatir, entre ellos la demanda de presupuestos para supervisiones en equipos e instituciones. Los colectivos educativos y psicopedagógicos expusieron la falta de equipos de supervisión en las instituciones educativas, mediante las cuales puedan reflexionar y sentirse contenidos. A todo esto, José Leal apuntó que no existe asesoramiento en escuelas porque no se pide, es decir que no hay demanda. Luis Feduchi comentó que quizás falta formación de equipos que sirvan para contener; para él los conocimientos, el método y la técnica es lo que sirve para “contener”. Teresa Aragonés, señaló que la supervisión, en ocasiones, se convierte en un espacio persecutorio. A veces la institución paga una supervisión de equipo y te encuentras con que no se lleva material para supervisar; lo importante es poder pensar sobre lo que se está haciendo y como se está haciendo. Francesc Sainz recalcó la importancia de la supervisión como un espacio donde uno se cuida, en el cual el profesional expone aquellas situaciones emocionales que le preocupan y que le impiden hacer su trabajo; para él la “cotidianidad” es lo que contiene, saber que tienes un espacio los martes, no una charla de un día, donde poder “manifestar tu emocionalidad”.

Desde el público también se planteó qué es lo que se espera de cuidar, ¿qué cuidado se espera? ¿Se espera únicamente una solución a las dificultades, una demanda de pautas?. Y que, a menudo, la propuesta de cuidar mediante la supervisión es muy poco frecuente, ya que es poder sufrir y lo que se busca muchas veces es evitar sentir, anestesiar el dolor, ya que cuesta mucho conectar con él. Valentín Barenblit comentó que las prácticas de supervisión están muy desarrolladas y que, además, son muy reconocidas. Se hacen demandas de supervisiones, incluso individuales, para analizar la función profesional.

A la tarde se presentaron diferentes experiencias y técnicas de intervención.

Anna Gené y Teresa Estany, en su exposición titulada Pensar-se a la feina: crònica d’un “desencuentro” institucional, hablaron de su experiencia en ICE, la cual pareció negativa, de “desencuentro”. Ellas trabajaron con la UAB y siguieron dos líneas de actuación:

  1. Cuidado del personal, del profesorado (mediante técnicas de relajación)
  2. Pedir a personas creativas que explicaran como ellas entendían la educación a partir de su experiencia.

Comentaron que todo este proceso ayudaba a “pensarse en el trabajo”, acercarse a las tareas de manera diferente, ayudar a entender ansiedades, a definir exigencias, a identificar personas, instituciones y a proporcionar capacidad para pensar y esperar.

Ellas mismas nos expresaron su desconcierto acerca del porqué no pudo funcionar la experiencia, preguntándose si es que quizás no se toleró el hecho de que alguien se definiera en un saber o si fueron el miedo y los límites que les cerraron las puertas.

Neri Daurella, en su exposición sobre La función del grupo Balint en un equipo de Atención Primaria Sanitaria, nos habló de la situación de los médicos mencionando el síndrome de desgaste profesional que se sufre en esta profesión.

Comentó que a los médicos se les enseña a diagnosticar y a curar, pero que se pierde de vista el hecho de que las enfermedades pueden variar dependiendo de la persona; de sus características físicas y psicológicas. Tanto es así, que se descuida mucho todo lo relacional del tratamiento y se tiene más en cuenta todo lo bio-médico. “El médico considera que lo que debe utilizar es su sentido común, la función apostólica del médico”.

Neri comentó la importancia del papel del médico que consiste, en gran parte, en utilizar la contratransferencia en el tratamiento. La atmósfera que se respira cuando éste está con el enfermo, la manera como se receta … son aspectos que pueden ayudar tanto como la propia medicina.

Nos habló sobre su experiencia con grupos Balint, y explicó que no son grupos didácticos ni psicoterapéuticos, sino de reflexión. Están constituidos por médicos y un psicoanalista, y se comentan casos desde el punto de vista de la relación médico-paciente. El psicoanalista ayuda a pensar y permite que los médicos puedan manifestarse libremente. de ahí la importancia de que éste les trate como a colegas con los que realiza una actividad en común.

Finalmente, Eileen Wieland nos habló acerca de su experiencia como observadora en escuelas, en una exposición titulada Colaborar con el maestro a través de la observación en el aula. Comentó que ésta es una modalidad de trabajo con maestros creada para observar al niño en su medio natural, y que se convierte en un complemento para toda intervención de humanos. Las aportaciones que esta experiencia aporta son múltiples, desde el desarrollo de capacidades de contención a la comprensión directa del niño en su entorno.

El observador participa y ha de describir lo que ve y lo que vive, y ha de tener un espacio de elaboración para pensar con otro.

Eileen nos acercó, sobretodo, a la riqueza de poder realizar observaciones en la escuela con el fin de ayudar a favorecer relaciones entre el maestro y el alumno.

Resumit amb la col·laboració de R. Llorca i V. Pérez

 

El vincle en la relació de violència domèstica

Dentro del ciclo de encuentros científicos del presente año, cabe destacar el correspondiente al mes de Marzo por la interesante aportación que nos hicieron las ponentes. Ellas son nuestra compañera Inma Miró, María Jesús Soriano y Montserrat Torres, las tres son psicólogas integrantes del Grup de Treball sobre Violència Domèstica i Maltractaments, un equipo de investigación que se organizó a partir de la participación de ellas en la Comissió de Psicologia Clínica i de la Salut del Col·legi de Psicòlegs de Catalunya, y que incluye a una cuarta persona que no pudo asistir.

En el momento de redactar esta nota, aún no habíamos recibido el texto de las presentaciones de Inma Miró y M.J. Soriano, que próximamente publicaremos en el Butlletí, dado que a varios de los presentes nos parecieron de sumo interés, y pensamos que a muchos de los miembros que no asistieron les podrían interesar.

En cuanto a la presentación de Montse Torres, por tratarse de un caso, preferimos no solicitarla para su publicación, aunque sí que daremos el nombre de la misma, bien elocuente por cierto: “Alicia, una mujer sin un lugar en el mundo”.

Entre las virtudes del trabajo que nos ofrecieron habría que resaltar los orígenes distintos de las integrantes (psicoanálisis, grupo-análisis, psicología humanista…) y el grado de integración y elaboración que nos mostraron con sus exposiciones.

En el delicado aspecto de la diferencia porcentual de agresiones sufridas entre hombres y mujeres, mostraron una especial sensibilidad para poner de manifiesto aquellos factores del vínculo que inciden en la aparición y el mantenimiento de los malos tratos, conectados a la historia personal de ambos miembros de la pareja y de sus respectivas dificultades.

El diálogo posterior fue muy rico, y entre otras cosas cabe destacar que aparecieron referencias a los aspectos sádico-masoquistas como explicación del fenómeno, que alguna de las ponentes y algunos miembros del público no compartimos, viendo detrás de algunos agresores una personalidad muy frágil y carenciada, que expresa mediante la violencia su necesidad de recibir un afecto que nunca ha tenido, y al que no sólo no sabe cómo acceder sino que frecuentemente cree que no merece.

La sesión se extendió mucho más tiempo del habitual por la cantidad de intercambios de ideas entre el público y las ponentes, y finalmente nos fuimos con la sensación de haber dejado aun diversos temas “en el tintero”.

Silvio Sember

 

V Jornada Oberta de la SCRIMP:

Detecció de situacions de risc a través del Rorschach i els Mètodes Projectius

El passat dissabte 24 de Març es va celebrar a la Universitat Ramon Llull la cinquena Jornada Oberta de la SCRIMP, a la qual va assistir força públic, entre el que hi havien moltes cares noves, especialment d’estudiants de la Universitat.

La taula estava presidida per Montserrat Ros, i comptava amb la presència del Dr. Victor Hernández i dels nostres companys Vera Campo, Joaquim Corral i Silvio Sember.

A la primera part vàrem gaudir de l’exposició del Dr. Hernández, centrada en la descripció de la personalitat des dels seus inicis fins al seu complert desenvolupament, basada en tres volums concèntrics d’un esquema gràfic amb forma de conus, en el que estarien representats els aspectes més primitius, de tipus autístic, les respostes defensives esquizoparanoides i els aspectes més evolucionats de tipus depressiu, segons la perspectiva kleiniana. La seva exposició va generar un debat actiu i participatiu, seguit pel ja tradicional cafè amb el que convidem els assistents.

A la segona part va intervenir el nostre company Joaquim Corral, psicoanalista i psicoterapeuta, amb la presentació de un cas clínic institucional, acompanyat del corresponent Rorschach. La seva exposició va ser molt didàctica (no solament per les respostes del Rorschach, sinó també per l’elaboració posterior del cas), complementada amb diapositives i completada amb un fragment literari, on quedava palès el drama de Narcís, la seva condemna autodestructiva. Posteriorment van intervenir la Dra. Vera Campo i en Silvio Sember amb una exposició que conjugava el treball en equip amb els aspectes crítics que poden passar desapercebuts en les primeres entrevistes prèvies a una psicoteràpia i que el Rorschach posarà de manifest, el maneig tècnic de la situació (quan s’ha d’informar de quelcom que el subjecte no ens ha dit) i les complicacions en el treball amb adolescents, quan es tracta de situacions de risc d’actuació per part del pacient i que la família ignora.

Novament el debat va ser molt animat, tant per part del públic com per les respostes a les qüestions que es van plantejar als tres ponents.

Una vegada més, des del Butlletí volem agrair la generosa col·laboració de la Universitat Ramon Llull i en particular del nostre company, el Dr. Francesc Rovira, professor de la mateixa (i també de casa nostra, de l’Escola de la SCRIMP), que va ser la persona que va coordinar la preparació de l’acte, facilitant que fos una trobada còmoda i agradable.

La Crips

 

L’Informe Psicològic

A continuació us presentem la conferència que Montserrat Ros va llegir en la Jornada sobre l’Informe Psicològic, i que gentilment ens ha aportat.

Com tots sabem l’informe psicològic és el resultat d’un tipus de treball que anomenem procés psicodiagnòstic. Penso que hi ha poques feines que siguin tan suggestives i engrescadores com la que ens ofereix el psicodiagnòstic. Mitjançant uns contactes personals amb una persona de la que no sabem res o gairebé res i uns instruments específics, els tests, s’espera que diguem quasi tot o almenys allò que és més significatiu d’aquesta persona.

L’informe intenta sintetitzar els diferents nivells de desenvolupament que ha assolit l’examinada o l’examinat: tipus de pensament, nivell d’organització dels afectes i el grau d’adequació a la realitat. Qui assumeix el risc de diagnosticar, òbviament es distingeix de qui és objecte de diagnòstic en que té una sèrie de coneixements teòrics i pràctics que li permeten treure profit de tot allò que pot passar entre els dos, tant a nivell verbal i conductual com, de manera especial, en la interpretació de les proves. És una feina similar a la que fa l’arqueòleg; nosaltres posem al descobert fantasies i desitjos molt profunds i contradictoris, que a vegades estan molt allunyats de la percepció conscient de qui els manifesta.

Tenint en compte el curt espai de temps de que disposo, m’agradaria parlar una mica dels importants canvis teòrics i d’interpretació que el psicodiagnòstic ha experimentat durant aquests últims vint-i-cinc o trenta anys. Les psicòlogues i els psicòlegs de la meva generació vàrem aprendre a centrar-nos en allò que s’anomenava i anomena: l’edipificació. La majoria dels tests temàtics organitzaven tot el seu camp estimular en base a una teoria, la dinàmica, i totes les histories s’interpretaven al voltant d’uns eixos que, en aquell temps, eren considerats els fonaments de la personalitat, és a dir, com s’havia desenvolupat la triangulació. Sense perdre la seva importància, mica en mica hem anat lliscant cap a les etapes anteriors, que són conegudes com pre-edípiques o pre-genitals. Al meu entendre, això no solament ha significat una ampliació de coneixements sobre el nostre psiquisme, sinó que a més ha suposat un canvi important en l’abordatge general del diagnòstic o informe psicològic.

Li devem a Melanie Klein que no profunditza en la teoria dels instints el fet d’haver desenvolupat un nou camp d’exploració. Em refereixo a la teoria de les relacions objectals que s’ha anat aposentant, sense interrupció, dins d’aquell plantejament freudià, el que entén el psiquisme com un camp de forces: una mena de desafiament entre la pulsió i la defensa. Com sabem, per a Freud els sentiments no eren més que l’expressió subjectiva del factor quantitatiu de les pulsions. En canvi, a nivells reals sempre estem treballant amb els afectes i els sentiments … perquè ells són els components subjectius de la nostra experiència. Penso que tot aquest mon afectiu dins del context que parlem és precisament el que conforma i forma el mon relacional més primari. S’ha discutit si aquestes capes pre-edípiques són diagnosticables i/o analitzables … Per reforçar el meu criteri rescato una reflexió d’Infante (1968) que diu: “el vincle que s’estableix entre el pacient i el psicòleg, a més a més de fenòmens de transferència i contratransferència i de les característiques reals dels participants, sempre inclou una relació d’objecte de tipus primitiu, és a dir, una relació pre-edípica”.

En aquesta aproximació des d’allò pregenital, en el procés diagnòstic, el psicòleg fa de continent de tot allò que podria passar entre dues persones físiques. En aquesta funció de continent no solament hem de considerar la relació transferencial de l’examinat, sinó també la nostra constratransferència. Actualment el factor situacional, és a dir, l’aqui i l’ara, té més importància que quan Freud va escriure “Record, repetició i elaboració”, al 1914. La presencia del professional dins de la transferència ha adquirit més relleu. Numberg (1952) i Schafer (1982) diuen que la transferència és independent de la compulsió a la repetició perquè la compulsió a la repetició assenyala cap el passat i la transferència cap a l’actualitat. Per diferents autors la figura del professional és de gran importància perquè apareix no solament com el que és, un subjecte, sinó també com un nou objecte. Seguint el pensament de Bion, penso que en aquesta feina de continent que tots fem, experimentem una sèrie de pensaments i sentiments que són la suma de tots els objectes que parcialment ens va dipositant el pacient durant el procés diagnòstic: en les entrevistes, en els tests gràfics, en el Rorschach i altres tècniques projectives, tant com si li passem qüestionaris … i tot allò que sorgeixi.

Durant molts anys la contratransferència ha tingut mala premsa. Calia que l’examinador fos impersonal, neutral i quasi incògnit. Mica en mica la realitat ha anat manifestant altres cares de la mateixa moneda. De manera especial ho han fet Balint, en l’entrevista, i Paula Heimnann. Aquests autors valoren els sentiments del professional cap el pacient com la contratransferència i consideren aquesta molt important per el diagnòstic. Heimann diu que “quasi arribem a crear el pacient en la contratransferència, de manera que aquesta es converteix en una part de la personalitat del pacient”. Aquesta manera d’entendre el procés potencia molt la capacitat empàtica del professional. Estaria d’acord en que això és molt vàlid en les entrevistes, on es dona un procés molt ràpid entre introjecció i projecció. És a dir, mentre el pacient parla nosaltres tractem d’identificar-nos amb ell de manera introjectiva i, després d’entendre’l des de dintre, aquest material serà re-projectat com un element constituent de la hipòtesi diagnòstica. És evident que el pacient diposita parts de sí mateix dins d’aquest continent que som nosaltres. La possibilitat de conèixer i captar cadascuna d’aquestes respostes pre-verbals i verbals dependrà de la personalitat de cadascun de nosaltres. Ja Freud (1920) en «Celos, paranoia y homosexualidad» havia dit que els pacients projecten parts de sí mateixos en el professional, però que no ho fan a l’aire … ni en res que se li assembli … sinó que es deixen guiar pel seu inconscient i ho fan desplaçant sobre l’inconscient de l’altre aquella atenció que distreuen del propi. Som conscients de la importància del factor temps en aquesta manera d’encarar la feina. Si no disposem d’un temps concret d’interacció, no tindrem aquests elements necessaris per incloure’ls dins de la hipòtesis diagnòstica. Aquest temps no sempre hi és.

M’agradaria incloure aquí a Sandler (1976) que és qui ha articulat la teoria dels rols. Per ell la interacció pacient-professional té la base en la relació de rols intrapsíquics que cadascú tracta d’imposar a l’altre. Diu que el pacient, en una mena de forcejament, ens vol fer jugar el rol que ell inconscientment ens imposa. Si ho percebem ens permetrà aclarir i conèixer la situació … i podrem tornar a començar de nou. Sandler pensa que això forma part d’una posta en escena, en la que es manifesten els principals conflictes, i això sempre es pot donar perquè en aquesta situació hi ha una asimetria de rols i això és el que permet que aflorin ansietats primitives que a vegades els pacients expressen en frases com aquesta: “Aquí sí que et quedes sol i despullat”. Pensaria que és quelcom semblant, però menys, a allò que senten els pacients quan els hi presentem un full en blanc per a que dibuixin, o la làmina blanca en el T.A.T. o en el Phillipson. També el setting permet i ajuda a que aflori la regressió que porta el pacient i seria la permissivitat del psicòleg la que recolliria aquesta regressió. Lacan diu que la causa de la regressió resideix en la demanda. La demanda és de tipus oracular i en canvi el psicòleg calla. Aquesta frustració seria, segons Lacan, la causa de la regressió.

Al començament he citat la teoria de les relacions objectals que, seguint a Winnicot i Ogden, alguns rorscharchistes proposen per interpretar el Rorschach i que faig extensiu a tot el procés psicodiagnòstic. Citaria a Bruce Smith, que diu: “Quan el psicòleg té les làmines, sigui del Rorschach, T.A.T., Phillipson o algun altre, s’estableix una relació a tres: l’examinat, l’examinador i les làmines”. Davant d’aquest fet poden passar varies coses: els subjectes més competitius poden veure a l’examinador com el que té la possessió, la clau de les làmines i poden veure’l com un rival amb qui competir. Llavors volen donar-li moltes i millors respostes de les que pensen que l’examinador podria donar. En canvi, d’altres, d’entrada ja es rendeixen i sols donen respostes de forma. Això és important perquè l’informe psicològic no sempre es sol·licita des dels mateixos àmbits. Fins ara he parlat del procés psicodiagnòstic per un informe clínic, però de vegades és jurídic, d’altres és per selecció de personal. Llavors cal tenir en compte l’actitud d’aquests dos últims examinats: el jurídic i el de selecció de personal, perquè la seva resposta pot diferir. Són persones que no venen a veure’ns per decisió pròpia … no hauria d’estranyar-nos que les seves actituds defensives fossin especials.

El procés diagnòstic té un inici i un final. En aquesta trobada també juguen les fantasies d’unió i separació, per les dues bandes. Reconèixer a l’examinador com algú diferent de nosaltres, que no distant, es manifesta de manera diversa si el context és clínic en lloc de jurídic o laboral. En l’àmbit clínic les pèrdues de distància no són infreqüents, es reprodueixen les necessitats d’aproximació, fins i tot física, per ser entesos millor, a la vegada que ens manifesten exigències i urgències amb agressivitat encoberta. Aquestes conductes són l’expressió de falles simbiòtiques i narcisístiques tan importants en l’avaluació d’aquelles parts més primàries que ens informen del nivell de desenvolupament estructural i relacional de cada pacient. A nosaltres ens pertany descriure la hipòtesis diagnòstica i la pronostica. D’acord amb les dades que hem obtingut no hem d’oblidar mai que un diagnòstic és una concepció dinàmica, mira cap al futur, sigui quin sigui el context en el que hem treballat: clínic, jurídic o laboral.

Cada prova exigeix una tècnica específica, cada tècnica privilegia parts especifiques de la personalitat. L’informe, sigui oral o escrit, donat parcialment durant el procés o al final, es construeix integrant les informacions que obtenim de cada instrument diagnòstic: l’entrevista i els tests. La síntesi d’aquesta mena de “puzzle” amb la que s’enfronta el psicòleg hauria de fer-se connectant els resultats objectius que hem obtingut amb tots aquells altres elements contratransferencials que han aparegut al llarg del procés. Per dur a terme aquesta feina es necessita una formació molt específica.

Montse Ros

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